lunes, 24 de noviembre de 2008

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"Aquí en Oaxaca somos tan complicados
que hasta el queso lo hacemos bola."
-Taxista


El fin de semana fui a Oaxaca a la boda de mi primo. Acierto. Además de una prima, gané muchas anécdotas buenas para contar.

Me encanta Oaxaca. Es increíble, súper completa, y como toda buena ciudad, contradictoria.

Esta vez no fui a turistear, osea que no fui al Tule, ni a Mitla, ni a Monte Albán, ni a la cascada que está petrificada (no me acuerdo cómo se llama pero es bien padre)...

A donde sí fui, es al centro. Padrísimo. Tiene esta vibra como tranquila pero llena de personalidad que en el DF es difícil de encontrar. Está cubierta por árboles que crean la temperatura ideal para sentarte a disfrutar. Los globos son característicos y lo dotan de colores y alegría. En estos puestos también encuentras jabón para echar burbujas, por lo que a cierta hora ves a muchísimos niñitos encantados de la vida echando y tronado las burbujas.
La música es variada pero bien mexicana, encuentras desde acordeones hasta orquestas.
La catedral está a un costado de la plaza antes descrita, y su fachada me encantó, aunque el interior deja mucho que desear, sobre todo si está en la misma ciudad que Santo Domingo.
Hay unos restaurantes buenísimos en esa plaza, donde puedes comer todo tipo de comida tradicional del lugar, aunque nada como el mercado...

Los mercados. ¿Alguna vez se han puesto a pensar la suerte que tenemos de que en nuestro país exista tal fenómeno? No todos tienen esa suerte, mucho menos cuando estamos hablando de mercados mexicanos, llenos de colores, olores y sabores difíciles de describir.
Los de Oaxaca no son la excepción. Venden pulseras, collares, gorritos (yo compré uno bien padre), ropa pirata, sombreros, llaveros, juguetes y demás objetos del estilo. Pero nada se compara con la comida. Degustaciones de quesillo (malllamado queso oaxaca) y chocolate, montes de mole negro, olores incomparables, y una frescura que sólo en un mercado consigues.
Aquí también hay comedores (Comedor Panchita, Carmencita, Conchita, etcita.) donde puedes consumir tlayudas, quesadillas, mole, chocolate caliente acompañado de pan de yema y muchas muchas otras cosas taaaaaan ricas que de verdad les conviene ir.

La boda fue en Santo Domingo, ¡qué iglesia! o sea de verdad no se compara con nada, me encantó, definitivamente está en mi top 3, jeje. La cena fue en el jardín botánico de ahí, que igual está padre, aunque hacía muchísimo frío. Estuvo padrísima: las mesas tenían nombres de rockeros (¿rockeros?), regalaron alebrijes chiquitos a las mujeres y café a los hombres, dieron botanas como quesillo y taquitos, la cena estuvo buenísima. Entraron con 'Could you be loved?' de Bob Marley; bailaron 'Falling In Love' interpretada por Pearl Jam; y siguieron con un cover de 'High And Dry'. La música fue la típica de boda aunque se les debe de reconocer que no pusieron reguetón.

Vayan a Oaxaca.

3 comentarios:

uh uh uh dijo...

Ya voy en camino.

Me dio hambre tu post.

Pia dijo...

Ereeees una ñoñaaa porque tienes un top 3 de iglesias?????
si tuviera que hacer un top 3 sin duda seria la del triangulo de bosques, la capilla de la ibero y la nueva de santa fe, son increiblees!!!
....Me hace falta cultura
RHERSHOL q mamada

Alice dijo...

hay gente afortunada que va a oaxaca, y ademas a una boda. Me gusta lo sencillo(aunque no parezca) y escribes casi cristalino, nice.