lunes, 22 de agosto de 2011

Opuestos

No es que los opuestos se atraigan. Es que los opuestos se implican. En la sonrisa más feliz se esconde una tristeza infinita. En cada bienvenida se siente la despedida. Dentro de una lágrima hay un placer indescriptible. Y, como alguien alguna vez dijo: vivir no es más que morir.
O tal vez no.